Para nosotros, convivir con los masais en su aldea es una de las experiencias más auténticas que hemos vivido.

La aldea está en de uno de los volcanes del valle del Rift, a mitad camino entre Nairobi y el Parque Nacional del Masai Mara, a la que solo se puede llegar en moto, 4×4 o pegándote una buena caminata. En nuestro caso nos vinieron a buscar los masais en un punto acordado con las motos y nos llevaron hasta su aldea.
Aquí ya comienza la aventura, sobre 45 min de moto, gran parte subida de caminachos de tierra de “paquete” en la moto, con la mochila a la espalda y conduciéndola un masai… ¡Imagina la estampa! El poblado nada más verlo os daréis cuenta de que aquí no hay nada de comercial y turistada como puede haber en los poblados masais en el Parque Natural Masai Mara que ofrecen las agencias de safaris para visitar y en los que los masais no viven , que los respeto y me parece correcto que lo hagan, y quien quiera que lo pague, pero no deja de ser una turistada en mi opinión.
Chozas de barro, cabras, gallinas, vacas y perros libremente por la aldea, grupos de gazelas a los lejos, los niños que llegan del colegio y no quieren para de jugar contigo y que les dejes hacer fotos… Ellos te cocinan el almuerzo y la cena y comparten la comida contigo dentro de su cabaña, donde caben de 4 a 6 personas. Este tiempo conviviendo con ellos, con su energía pura y sus miradas limpias, es una experiencia sin precio, algo realmente mágico e inspirador.

Luego por la tarde te vas con las motos a visitar unas cuevas volcánicas con sorpresa en el interior y si se lo comentas hasta te dejan llevar la moto.
Al día siguiente por la mañana, hay masala tea y chapati para desayunar y excursión a la cima del volcán con un masai de la aldea que hace de guía, una caminata larga pero no exigente y accesible para todos el mundo. Durante la subida, las vistas son simplemente espectaculares, tanto del volcán como del valle del Rift.

Durante la noche que se duerme allí yo recomiendo llevarse un vinito o lo que sea, y disfrutar sin prisas del impresionante cielo estrellado que ofrece este lugar (nosotros no lo llevamos y lo echamos en falta).
Para mí es -y me repito- una experiencia única que realmente aconsejo hacer porque conoces realmente la cultura masai y como viven las gente en las zonas rurales de Kenia.