Seguimos con la segunda entrega de esta “trilogía masai”. Como ya comentamos al final del primer post, en este nos centraremos principalmente en la primera etapa adulta de los masais, cuando son guerreros moran, hasta el momento antes del matrimonio, cuando ya van convirtiéndose en adultos con obligaciones.
Los guerreros moran llevan a cabo una intensa etapa de entrenamiento que empieza tras la circuncisión, y cuyo objetivo es adquirir una serie de habilidades y responsabilidades que se le presuponen en el futuro, como el cuidar y proteger a la familia o al rebaño.
Para ello, el primer paso será abandonar el hogar familiar durante un largo periodo de tiempo, que suele rondar alrededor de un año, y en el cual hay un par de condiciones de obligado cumplimiento:
- Los jóvenes no pueden comer delante de mujeres o chicas jóvenes.
- No pueden tener sexo
Estos guerreros moran abandonan temporalmente su hogar y su familia para vivir en el campo, literalmente, y campan a sus anchas por el basto territorio masai así como también por otras zonas que pertenecen a otras tribus, y se protegen entre ellos mismos formando un gran grupo. Para sobrevivir necesitan conseguir su propio rebaño, y para esto se adueñan de vacas de cualquier propiedad de ‘maasailand’ o directamente las roban cuando están en otras regiones, como las pertenecientes a la etnia kikuyu o kamba. Les roban las vacas porque ellos creen que pertenecen a la comunidad masai en exclusiva.
Durante este tiempo, los jóvenes aprenden a valerse por sí mismos, aprendiendo técnicas de supervivencia (como por ejemplo hacer fuego), de lucha y defensa personal. Aprenden también el manejo de armas, como los afilados cuchillos y machetes que siempre llevan encima. En tiempos pasados este conjunto de habilidades les valía para, por ejemplo, defenderse del ataque de leones. Si algún joven conseguía matar a un león por sí mismo, automáticamente se ganaba un gran prestigio y respeto entre la comunidad, al considerarse ésto un acto de gran valentía. Por supuesto a día de hoy los masais ya no matan leones así como así, pues estos se encuentran bajo cierto grado de protección en los parques naturales de Kenia y Tanzania, ya que están bastante amenazados en las últimas décadas.
En cuanto a la estética, la cual ya sabemos la importancia y vistosidad que tiene en la cultura masai, destacan las largas rastas que los moran exhiben, como las que lleva este guerrero masai de la foto y que conocimos en Narok County, así como la mítica manta masai (suka) y toda una colección de abalorios de mil colores, formas y tamaños. Como curiosidad decir que para los masais cada color tiene un significado diferente, es por ello por lo que su vestimenta es tan colorida. ¡Habrá post profundizando sobre esto!

Relacionado con la estética y el decoro de cada uno de sus actos y ceremonias, están también los peculiares bailes y cantes que llevan a cabo, así como los famosos saltos (adumu en lengua masai). ¡Y es que los masais saltan tela! Aunque yo salté con ellos y no lo hice tan mal comparado con el grupo. Hacen competiciones de saltos, con la idea de demostrar el portento físico característico de la juventud y medirse entre ellos. Esta ceremonia de los saltos es quizá lo mas conocido por los turistas que visitan Kenia, pues normalmente después de los safaris se da la posibilidad de visitar un poblado masai y siempre empiezan ‘pegando saltos’.
En cuanto a los cantes y bailes, es llamativo también, sobre todo desde el punto de vista occidental, pues es algo muy profundo del África subsahariana. Usan su propia voz para emitir sonidos reproduciendo un patrón melódico, a la vez que acompañan el ritmo con los movimientos de cuerpo y cabeza. Estos movimientos corporales hacen que los numerosos abalorios que visten choquen unos contra otros provocando más sonidos. Lo hacen así porque los masais no usan instrumentos musicales; como mucho a veces usan un cuerno modificado el cual emite un inconfundible sonido.
Básicamente en esto consiste ser un guerrero moran, en enfrentarse a adversidades varias que les convertirán en hombres. Una vez que acaban, volverán a casa y automaticamente otro grupo relevará al que vuelve. Siempre, en todo momento, tiene que haber grupos de morans en el campo.
Antes de terminar esta parte hay que mencionar que los “millenials” masais, es decir aquellos nacidos en los años 90 y que han podido ir a la Universidad, ya no practican el ‘moranismo’, en parte debido a la occidentalización de Kenia y al aumento y mejora de la educación entre la población.
Los ‘morans’ vuelven a casa
Una vez que ‘el niño’ vuelve a casa después de estar en el campo siendo un joven moran, tienen lugar algunas ceremonias importantes. La primera es la llamada ‘Eokoto e Kule’ o ceremonia de la leche, literalmente. Y nunca mejor dicho, porque debe ser la leche; Esta ceremonia tiene como fin festejar que el joven ha vuelto de su etapa como moran en el campo, y es un fiestón que se prologa durante varios días y que nada tiene que envidiar a una boda gitana. En esta fiesta se bebe leche y sangre de varias vacas que sacrifican, las cuales se comen luego, todo regado con mucha cerveza y animado con cantes y bailes. ¡Qué no falte de nada! En este momento es también cuando se rapan la cabeza, para deshacerse de las rastas que llevaban durante los meses anteriores. Recordad que en el primer post dijimos que esto era muy común en muchas de las ceremonias, como símbolo de pulcritud y pureza.
Ya tiene la comunidad otro hombre masai entre sus filas, y esto es muy apreciado y celebrado, pues no olvidemos el machismo de la cultura masai, en la cual el peso de la familia o de la comunidad en general lo lleva el hombre.
Un masai hecho y derecho
Para “hacer oficial” que ya se es un hombre, los masais tienen que pasar una especie de confirmación o graduación en una ceremonia que se denomina Orngesher, y que hacen en grupo.
Para ello varios de los grupos de jóvenes morans que estuvieron en el campo se reúnen y van a acampar todos juntos a algún lugar apartado, durante un par de meses aproximadamente. Aquí llevarán a cabo un conjunto de rituales que culminarán en la adultez. En esta ocasión se acompañan de chicas jóvenes masais, y suelen tener todos edades muy similares.

Durante el tiempo que pasan juntos cuentan con la presencia del oloiboni (recordemos que éste era el líder espiritual de la comunidad), que es el que los purificará y el que llevará a cabo todos los ritos. Los jóvenes hombres tienen que ser purificados porque durante el tiempo que pasaron en el campo hicieron malas acciones, como robar o incluso matar si la cosa se ponía fea, y tampoco podían ir a la iglesia, así que así tras ser purificados quedan libres de pecado.
Una vez completadas las ceremonias y rituales, cada masai recibe 49 vacas como muestra de gratitud por haber completado su etapa de adolescencia. Cabe decir que durante este tiempo tampoco les está permitido tener sexo, ni con sus novias o esposas, si hubiera.
Tras el Orngesher ya son hombres hechos y derechos, y cada uno volverá a su poblado a vivir y ser parte importante del mismo. Ahora es ya cuando se casan y empiezan a tener hijos. Una vez que tienen hijos, el padre es el que tendrá la potestad y responsabilidad de decidir cuando su hijo será circuncidado, y para ello se lleva a cabo una ceremonia muy curiosa, que veremos en la última entrega. Además de ello hablaremos de las bodas masais y la tercera edad, hasta que mueren.
¡No te lo pierdas…! Ashe oleng.
Hola:
Muy chulo el post. Solo le cambiaría el título para especificar que es sobre los hombres Masai, o añadiría contenido para explicar qué pasa con las mujeres.
Hola! Gracias por tu comentario y por leerte el post! No se si has echado un vistazo al primer capítulo, donde indicamos que la cultura masai es muy machista, todo gira en torno al hombre quedando la mujer relegada a tareas del hogar, etc. Pero sí, por supuesto haremos más post profundizando más sobre las mujeres masais. Saludos